La epopeya de los desbravadores

Al inicio de la década de 1940, una expedición dirigida por Alfredo Fedrizzi desbravó Santa Catarina y Paraná atrás de tierras con abundancia de bosques de pinos para construir una fábrica de papel.

La búsqueda llegó a su fin cuando la comitiva echó raíces en el Vale do Rio do Peixe, en medio a un espléndido paisaje de bosques, valles y montes. Así, Irani Papel e Embalagem fue fundada el 06 de junio de 1941 en la localidad de Campina da Anta (más tarde denominada Campina da Alegria), perteneciente hoy al municipio de Vargem Bonita, en el Medio Oeste catarinense.

Ubicada junto al km 47 de la BR 153, la unidad hoy es la célula productora de papeles y embalajes de la compañía.

• Durante siglos, Brasil y Argentina disputaron el territorio donde se instalaría la fábrica de Irani. Hasta que, en 1895, el presidente de los Estados Unidos, Stephen Grover Cleveland, fue llamado para arbitrar el conflicto, golpeando el martillo a favor de los brasileños.
• O El Vale do Rio do Peixe estaba formado por tierras que habían sido desmembradas de São Paulo en 1853, habiendo pertenecido después a Paraná hasta que se las anexara a Santa Catarina, en 1917. Por allí, pasaban troperos transportando ganado y mercancías.
  
  Con origen al inicio del siglo XX, la industria de papel y celulosa de Brasil ganó impulso solo a partir de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando la importación de los productos fue afectada por ataques de submarinos a los navíos que cruzaban el Océano Atlántico.
  
  El gobierno brasileño pasó, entonces, a estimular la creación de empresas papeleras en territorio nacional. “La mayor parte de las industrias apareció en esta época”, dice Sérgio Ribas, director presidente de Irani Papel e Embalagem y del Grupo Habitasul.
  
  En aquella época, la Vinícola Riograndense, de Caxias do Sul (RS), había optado por una diversificación de negocios delante de la retracción del sector de vinos finos. Fue cuando los controladores Galeazzo Paganelli y José Moraes Vellinho enviaron la expedición dirigida por Alfredo Fedrizzi para encontrar un lugar adecuado a la producción de papel a base de fibras de florestas nativas de araucarias. “No había todavía la práctica de reforestación o de florestas plantadas, como ahora”, señala Ribas.
• Los ranchos de madera lascada a machado, erguidos en 1941 a orillas del río da Anta, dieron origen a la villa Campina da Alegria, actualmente con poco más de 1.000 habitantes –la mayor parte vinculada directa o indirectamente a Irani.
  
  Los primeros equipos llegaron en 1942: una trituradora con accionamiento hidráulico, calderas y máquina a vapor para generación de energía adquirida de una antigua embarcación. Como una parcela de las máquinas importada naufragó con un navío puesto a pique por submarinos alemanes, Fedrizzi se vio obligado a viajar a São Paulo para adquirir instrumentos nacionales. Delante del imprevisto, en vez de fabricar papel a partir de celulosa, Irani inició la producción usando como insumos papeles viejos y pasta mecánica.
  
  Ese cuadro cambió dos años después, con la inauguración de la Máquina de Papel Número I por el entonces gobernador de Santa Catarina, Nereu Ramos. Ello le permitió a Irani producir papel con celulosa importada y pasta mecánica. La primera remesa salida de la fábrica fue enviada a la Editora Globo para la impresión de la novela Um Olhar para a Vida, de la escritora paulista Maria Luiza Cordeiro.
• Ganadora del premio Alcântara Machado, de la Academia Paulista de Letras, la novela Um Olhar para a Vida cuenta la historia de dos hermanas que, en dificultades financieras después de la muerte de su padre, pasan a vivir en condiciones humildes en una pensión barata.
  
  A partir de 1946, con el desarrollo de florestas nativas, Irani pasó a utilizar celulosa propia para fabricar papel Bufom 48 gramos, además de papeles periódico, manila, H.D. Kraft y cartulinas, entre otros. La celulosa importada se continuó usando para la producción de papel satinado.
  
  Para asegurar pleno abastecimiento de energía, en 1949 se inauguró una represa en el Salto Flor do Mato, con capacidad de 3 mil kilovatios, suficiente para atender a la demanda de toda la fábrica en aquella época. La panta recibió el nombre de Flor de Maria, homenaje a la esposa de Alfredo Fedrizzi.

Una década de superación en el escenario de euforia

Dos palabras marcaron los años 1950 en Brasil: euforia y optimismo. Ese sentimiento de confianza en un futuro promisor se basó, en parte, en el crecimiento económico a nivel global registrado después del término de la Segunda Guerra Mundial. Pero también fue impulsado por la construcción de la nueva capital federal, Brasilia, concluida al inicio de la década posterior.

• En la década de 1950, la esperanza por días mejores contagió incluso las artes, con el aparecimiento de la Bossa Nova, género que insirió la música popular brasileña en el escenario internacional.
  
  La orden del presidente Juscelino Kubitschek de promover la modernización acelerada del país –el slogan de su campaña había sido “50 años en 5”– se materializó en el Plan Nacional de Desarrollo Económico, el Plan de Metas. Para alcanzar el objetivo, determinó al Banco Nacional de Desarrollo Económico (BNDE) que ofreciese el apoyo financiero a la industria de base nacional, incluyendo el sector de papel y celulosa. Entre los proyectos desarrollados para ese sector, se destacaba el programa de producción de celulosa de eucalipto.
  
  A pesar del ambiente favorable, Irani enfrentaba dificultades para afirmarse en el escenario nacional, muchas de ellas motivadas por el aislamiento geográfico. Ello porque la fábrica ubicada en el sur del país estaba distante de los principales mercados, factor agravado por la precariedad de la infraestructura de transportes en su época. Fuera de eso, frente a las limitaciones de tecnología, la empresa enfrentaba escasez de mano de obra para conseguir realizar el trabajo predominantemente manual.
• Le correspondía a las mujeres promover la retirada de la corteza de la madera, que, posteriormente, era destinada a los procesos de fabricación del papel.
  
  Incluso con todos los obstáculos, Irani dio pasos importantes a lo largo de la década de 1950. Uno de los avances más significativos fue la inauguración de la planta hidroeléctrica São Luiz, en Ponte Serrada (SC), en 1953. La represa situada junto a la caída de agua del Río Irani suministraba el doble de la capacidad de generación de la Planta Flor do Mato (construida en la década anterior), garantizando buena potencia hidroeléctrica a la unidad fabril.
  
  En aquel período, las inversiones de Irani no se limitaron a la generación de energía, beneficiando también al área productiva. En 1954, se concluyó el ensamblaje de la Máquina de Papel II, con velocidad de 60 metros por minuto. Para que se tenga una idea de las adversidades de la operación de instalación del equipo, la excavación del lugar se la realizó manualmente, con palas y picotas, y el ensamblaje quedó bajo la responsabilidad de los propios colaboradores de Irani.
  
  Pero, a ejemplo de Brasil, la empresa tenía prisa para modernizarse. Todavía en 1954, tuvo inicio la composición de la Máquina III para la producción de celulosa destinada a la comercialización para otras compañías.
  
  En aquella época, incluso antes de la existencia de leyes ambientales federales de reforestación, Irani, por iniciativa propia, promovía la plantación de esquejes de araucaria y pinus insignis (especie de pino natural de Chile), lo que demuestra el pionerismo de las acciones de la compañía en la protección al medio ambiente.

Una etapa de transición antes de la expansión de los negocios

En los años 1960, la industria de papel y celulosa brasileña avanzaba con lentitud en dirección al futuro. Tanto que, a mediados de la década, el BNDE produjo un estudio para diagnosticar cuáles eran las principales dificultades del sector.

La conclusión fue la de que los obstáculos todavía estaban relacionados al período de sustitución de importaciones durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En aquella etapa, se había diseminado una gran cantidad de pequeñas fábricas de papel, que en su mayoría trabajaba con baja productividad.

En octubre de 1968, el Consejo de Administración del BNDE estableció parámetros de apoyo a la industria papelera, buscando aumentar la competitividad del sector. Así, se abarcaron proyectos de expansión de unidades que garantizasen un nivel mínimo de producción de 250 toneladas/día de papel de prensa y 50 toneladas/día de los demás tipos de papel. Para los proyectos de celulosa, la escala mínima se fijó en 100 toneladas/día.

• En los años 1960, el frío castigó el Medio Oeste de Santa Catarina. En 1965, la nieve llegó a formar 20 centímetros de hielo en Campina da Alegria, donde se ubica hasta hoy la primera unidad productiva de Irani.
  
  Incluso con las políticas de incentivo, los años 1960 representaron una etapa de bajo crecimiento de los negocios para Irani. Sin embargo, los esfuerzos para el perfeccionamiento de la logística no cesaron. Los papeles producidos por la unidad de Campina da Alegria eran transportados en fardos de aproximadamente 150 kilos hasta Cruzeiro do Sul, actual municipio de Joaçaba. En el lugar, la empresa mantenía un depósito junto a la ferrovía Rio Grande – São Paulo, para que desde allí se distribuyesen a los centros consumidores del país.
  
  Cabe destacar que, entre 1961 y 1962, Irani dio inicio a la implementación de un vivero, con aplicación de semillas de pino importadas de Georgia, en los Estados Unidos. El inicio de la utilización del pino en la producción de celulosa representó los primeros pasos para la constitución del Área Forestal de Irani, aunque la extracción en larga escala de la planta se haya registrado solo en la década de 1970.
• El mundo parecía haber entrado en ebullición en la década de 1960 con la revolución cultural de los Beatles, que alteró no solo la banda sonora del planeta –el pelo largo y las ropas coloridas de la banda inglesa influyeron también la moda y el comportamiento de la juventud de la época.
  
  Para los 5 mil habitantes de Campina da Alegria, la vida evolucionaba en un ritmo poco frenético. No que la villa estuviese alejada del mundo. Al final, ya iba lejos el tiempo de aislamiento geográfico, cuando el marco más cercano de la civilización estaba a 25 km de distancia y no había caminos para se llegara hasta allí. Con el paso de los años, las vías de conexión se abrieron en la mata cerrada y las casitas se multiplicaron para formar la comunidad de trabajadores de Irani.
  
  En los años 1960, la vida moderna empezó a dar los aires de su gracia en el cotidiano de los habitantes de Campina da Alegria. A mediados de la década, se inauguró el Cine Alegria, mucho más cómodo que el antiguo cine de la villa, levantado en los años 1950 con madera de punta de pino y tejado de lata. Para que se tenga una idea, el techo del viejo caserón se lo había hecho con recortes de los tambores da soda utilizada para la fabricación de papel. Como tenía muchos agujeros, cuando llovía, los espectadores tenían que llevar paraguas para ver las películas.
  
  Otra buena noticia fue la apertura de la nueva iglesia, en 1964, que vino después de la pequeñita capilla cubierta con tablitas, herencia del inicio de la década de 1940. Incluso, el templo recién inaugurado dio nueva configuración a la conmemoración del Día de San Cristóbal (el 25 de julio), patrono de los choferes, cuando una fila de camiones se formaba para recibir la bendición del padre.
  
  

Se abren nuevos horizontes para Irani

La industria papelera inició la década de 1970 en ascensión, impulsada por las políticas de incentivo adoptadas en los años anteriores. Esa evolución se tradujo en números –entre 1957 y 1973, el aumento de la producción de celulosa había sido de casi siete veces, al paso que el consumo interno había crecido 3,5 veces, propiciando que las empresas se volcasen hacia el mercado externo.

En 1974, se lanzó el Primer Programa Nacional de Papel y Celulosa para atender a la creciente demanda del sector. El movimiento contribuyó para que, en el transcurso de la fecha, el desempeño continuase expandiendo –entre 1974 y 1980, hubo crecimiento del 201 % de la producción de celulosa y del 81 % de la fabricación de papel, con destaque para papel de embalaje y papel de impresión, con índices del 98 % y 84 %, respectivamente.

Alineada al momento favorable del segmento, Irani invirtió para elevar la productividad de la unidad de Campina da Alegria, con la inauguración de la Máquina de Papel nº IV, fabricada por la empresa alemana Voight, en 1975. El equipo permitió que la empresa produjera papel FineKraft y FlashKraft para abastecer el mercado de bolsas (embalajes flexibles), ampliando la actuación en el territorio nacional.

En 1978, Irani alcanzaría la marca de 32.400 toneladas de papel producido a partir de celulosa sulfito en los siguientes tipos: periódico, manila (propias para hacer paquetes), cartón, kraft oro y kraft verde.

• La temática ambiental – que ya formaba parte de la cultura de Irani– entró en la pauta del sector papelero en 1976, cuando el BNDE firmó convenio con la Secretaría Especial de Medio Ambiente para que la preservación de la naturaleza fuese uno de los ítems de evaluación de proyectos que recibirían financiaciones.
  
  El año de 1970 indicó la salida de Alfredo Fedrizzi de Irani, después de más de tres décadas en el mando de la compañía. Antes de jubilarse en definitivo, Fedrizzi también participó de la fundación de la Maderera Rio Irani, aliada de Irani con Madezorzi, una maderera local. El emprendimiento fue instalado en Campina Redonda, a die kilómetros de distancia de Campina da Alegria. Según los gestores de la época, la operación atendía a la necesidad de abertura de bosque nativo para dar espacio al área de reforestación.
  
  “Seu Alfredo”, como se lo llamaba, había sido mucho más que un gestor. En los primeros tiempo de la villa Campina da Alegria, debido a la precariedad de infraestructura, llegó a desempeñar hasta la función de un verdadero comisario –cuando surgieron conflictos, debido a la respetabilidad de su presencia, era llamado para separar a los peleadores. Solo al final de la década de 1940 un policía militar fue destacado para trabajar en Campina da Alegria. Como todavía no había médicos en las redondeces (el primero profesional de medicina llegó a la villa en 1944), a los enfermos se los encaminaba al gerente, que había traído de Caxias do Sul, además de documentos básicos, manuales de medicina para solucionar casos de poca gravedad.
  
  Durante mucho tiempo, los temas referentes a la salud todavía serían motivo de preocupación. Jocimara Mafra Alves, que está hace 41 años en Irani y hoy actúa como supervisora de servicio de campo de la unidad de Campina da Alegria, integra una familia dedicada a la empresa. Su padre, João Francisco, dirigía el camión de Irani para abrir caminos o tirar madera hasta el patio de la fábrica. Además, asumía el volante de la Rural Willys para conducir a los enfermos hasta hospitales de Concordia o Joaçaba, ya que no había cómo atenderlos en la villa. “Cuando niño, recuerdo que papá, a veces, solo volvía a casa en la mañana siguiente. Dormía en la Rural Willys, esperando al enfermo”.
• La atención a los enfermos de Campina da Alegria ganó rapidez y calidad con la inauguración, en 1971, del Hospital Flor de Maria, construido por Irani. El nombre del establecimiento homenajea a Maria, esposa de Alfredo Fedrizzi.

Avances en medio a la inestabilidad de la “década perdida”

A lo largo de la década de 1980, la industria papelera pasó por un proceso de consolidación, al mismo tiempo que invertía mucho para modernizar la infraestructura y aumentar la productividad. En lo que se refiere a la gestión, el período señaló el inicio de una tendencia de profesionalización de los cargos de administración de las empresas.

• El desarrollo del sector motivó el lanzamiento, al final de 1987, de otra edición más del Programa Nacional de Papel y Celulosa.Con ello, se abría un nuevo ciclo de inversiones, abarcando innovaciones como el aparecimiento de fábricas de celulosa de fibra corta blanqueada de eucalipto.
  
  Para Irani, en particular, los años 1980 fueron pautados por inversiones en la infraestructura de la unidad de Campina da Alegria –entre ellos, la reforma de la Máquina de Papel I y la ampliación del Patio de Maderas, que se reflejaron en reducción de costos y ganancias de la productividad. En 1982, se concluyó la construcción de la fábrica de pasta químico-mecánica, insumo que sustituyó la celulosa sulfito utilizada en la producción de papel periódico.
• Brasil vivió un trauma cuando, operado de urgencia pocas horas después de posesionarse, el presidente electo Tancredo Neves falleció el 21 de abril de 1985. Él no llegó a ejercer el mandato, que le correspondería al vice, José Sarney.
  
  Las inversiones de Irani abarcaran también el incremento de la generación de energía. En 1981, se concluyeron las obras de la Planta Hidroeléctrica de Cristo-Rei, en el municipio de Ponte Serrada (SC), que se habían iniciado en 1979. Con ello, la fábrica de Campina da Alegria pasó a contar con el suministro de 10 megavatios/hora, equivalente en la época al 60 % del consumo total de la unidad. El 40 % restante era adquirido externamente de una concesionaria.
  
  En paralelo a la cualificación tecnológica y a las inversiones para expansión y perfeccionamiento de la producción, Irani continuó aportando recursos para reducir los impactos ambientales.
• Un ejemplo de los cuidados adoptados con relación al medio ambiente en la década de 1980 fue la implementación del sistema de tratamiento de residuos. En este sentido, cabe destacar la recuperación de productos químicos como el azufre y la soda cáustica, utilizados en el proceso de cocción de la madera durante la producción de papel.
  
  En alineación a esos esfuerzos, en 1986, Irani finalizó la construcción de la caldera Gaza, que permitió el reaprovechamiento el licor formado por residuos químicos de la producción del papel. De un lado, esos residuos no se echaron más al el río, como ocurría anteriormente. De otra parte, la caldera de biomasa pasó a generar energía a partir del vapor consecuente del proceso de calentamiento del licor.
  
  A pesar de los avances de la industria papelera, al final de los años 1980 la economía nacional vivía momentos de inestabilidad, incluyendo amenaza de hiperinflación, lo que vendría a reflejarse en el desempeño de las empresas en la década siguiente.
• Los años 1980 entraron a la historia como la “década perdida” para la economía brasileña. Tres planes económicos –Cruzado (1986), Breser (1987) y Verão (1989)– fueron implementados, sin éxito, en el intento de domar la inflación.

Fin de un siglo, inicio de un ciclo

Fundado en 1967, el Grupo Habitasul, de Porto Alegre, buscaba diversificar los negocios en la primera mitad de la década de 1990. En aquella época, tenía como principales áreas de actuación los emprendimientos inmobiliarios y de hotelería y turismo. “Queríamos actuar en un segmento que estuviese vinculado a las ventajas comparativas de Brasil. A principio, estábamos en duda entre el agronegocio y la industria de base. Acabamos optando por el sector papelero”, recuerda Péricles Pereira Druck, que hoy es presidente del Consejo de Administración de Irani y del Grupo Habitasul.

A su vez, Irani vivía una profunda crisis. En aquel inicio de los años 1990, imperaba una inestabilidad en la economía brasileña, sumada a un escenario mercadológico desfavorable para el sector papelero. El cuadro se agravó con la deflagración de una huelga de trabajadores, que alcanzó a las empresas de papel y celulosa de Santa Catarina, en 1990. Delante de ello, Irani se vió obligada a solicitar concordato –actualmente, el término usado para esta acción en Brasil es recuperación judicial.

En 1994, el Grupo Habitasul asumió el control accionario de Irani, propiciando la abertura de un nuevo ciclo de desarrollo para la organización empresarial. “Crecer, crecer y crecer, esa siempre fue la marca de las empresas dirigidas por Péricles Freitas Druck”, dice Paulo Sérgio Mallmann, que actuó como abogado de Irani en los años 1990 e integra el Consejo de Administración desde 2001.

• A partir de allí, Irani orientó su crisis financiera y dio inicio a un proceso de reformulación y expansión de sus activos. En 1997, fue adquirida Orprim Fábrica de Papel Ondulado, de Santana do Parnaíba (SP), operación que marcó el ingreso de la empresa en el segmento de papel ondulado. Ese movimiento tuvo despliegue, al final de la década de 1990, con la inauguración de la Fábrica de Embalajes de Papel Ondulado de Vargem Bonita (SC).
• En 1999, Irani incorporó la Unidad Fabril Muebles, de Rio Negrinho (SC). Con producción destinada exclusivamente al mercado de los Estados Unidos y de Europa, la planta utilizaba como materia prima maderas de reforestación, manejadas conforme estándares y exigencias internacionales de preservación ambiental.
  
  Otro foco de inversión fue la actualización tecnológica con la reforma de la Máquina de Papel II y la construcción de la Máquina de Papel III. En 1998, Irani alcanzó la producción de 71.778 toneladas de papel.
  
  Además de conquistar nuevos mercados e invertir en tecnología, Irani dio los primeros pasos para perfeccionar su gobernanza corporativa en el Encuentro para nuestro futuro, del Grupo Habitasul, en Canela, en 1999. En la ocasión, Péricles de Freitas Druck propuso temas ambiciosos e innovadores, como planificación estratégica y Balance Social, los cuales ganarían materialidad en la empresa a partir de la primera década del nuevo siglo.

A consolidación de una nova Irani

La primera década del siglo XXI marcó la consolidación de la nueva etapa de Irani, después de la incorporación de la empresa al Grupo Habitasul. En 2004, ella alcanzó el liderazgo en el mercado nacional de papel de bajo gramaje (35 a 60g/m²). Además, obtuve aprobación del Instituto Adolfo Lutz para comercializar soluciones de embalajes de contacto directo con alimentos. Con ello, aseguró presencia en grandes redes de fast-food y panaderías.

En 2007, se lanzó el Proyecto Superación, que buscaba suplir las principales carencias de tecnología e infraestructura de la compañía. La iniciativa abarcó la reforma de la Máquina de Papel V, en Campina da Alegria, y la inauguración de la nueva unidad fabril de embalaje de Indaiatuba (SP), que contribuyó para duplicar la producción de cajas y planchas de cartón ondulado.

• Los años 2000 fueron decisivos también para la evolución de la gobernanza corporativa de Irani. En 2004, la organización concibió el primer ciclo de Planificación Estratégica, colocando en práctica las ideas anunciadas en el Encuentro para nuestro futuro, del Grupo Habitasul, en 1999. en el área comercial, en particular, se promovió, en 2006, un trabajo de revisión de acciones estratégicas, con apoyo de la Escuela de Marketing Industrial (SP). En este período, Irani adoptó conceptos transformadores como “foco del cliente”.
• La década de 2010 fue importante, igualmente, en el área de sustentabilidad. El día 4 de septiembre de 2006, Irani se transformó en la primera industria de papel y celulosa de Brasil y la segunda del sector a nivel global a obtener créditos de carbono emitidos por el Protocolo de Kioto, de acuerdo con el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) aprobado por la ONU.
  
  La conquista de los créditos de carbono se debió a la implantación, en 2005, de la Planta de Cogeneración de Energía de la Unidad Fabril de Papel en Vargem Bonita (SC). Al generar energía a partir de la quema de biomasa, la nueva planta contribuía para la disminución de la emisión de gases causadores del efecto invernadero –como gas metano y gas carbónico. En 2007, Irani dio inicio al Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEE) en todas sus unidades operacionales.
• Después de publicar, en 2005, la primera edición de su Balance Social, con indicadores sociales, ambientales y económicos, la compañía divulgó el primer Informe de Sustentabilidad en 2007, año de conmemoración de las cuatro décadas de actividades del Grupo Habitasul. Ya en 2008 Irani fue la única compañía del sector de papel, celulosa y embalaje a constar en el ranking Brazil’s Leading Reports de la encuesta Rumbo a la Credibilidad, de la Fundación Brasileña para el Desarrollo Sustentable (FBDS) y de la SustainAbility.
  
  Esa prioridad a la preservación del medio ambiente ya se había reflejado en la estructura organizacional de Irani en 2004 con la creación del Departamento de Gestión Ambiental. Cinco años después, el área de Sustentabilidad fue incorporada a la Gerencia de Gestión para Excelencia –con ello, la pauta de temas ambientales se integró formalmente a la agenda estratégica de la compañía.
  
  Cabe resaltar también la preocupación con la preservación del pasado, del legado histórico de la empresa. En 2007, la casa que sirvió de residencia para Alfredo Fedrizzi y su familia, en Campina da Alegria, se volvió sede del Centro Cultural Celulosa Irani, pasando a abrigar documentos referentes a la trayectoria de la organización.
  
  Por fin, otro hecho que se debe destacar de los años 2000 fue el tornado que cayó sobre la fábrica y la villa Campina da Alegria, en 2009. El episodio motivó la paralización de las unidades productivas para que las atenciones se concentrasen en la recuperación del patrimonio de los moradores de la villa.

Del deber de casa al círculo virtuoso

Al inicio de la década de 2010, Irani alcanzó la tercera posición en el mercado de papel ondulado en Brasil con la adquisición de São Roberto, con fábricas en São Paulo y Minas Gerais.

• En los años siguientes, la evolución de la gobernanza corporativa propició la profesionalización de la gestión de Irani, con las nuevas funciones asumidas por los representantes de la familia controladora del Grupo Habitasul. Péricles Pereira Druck dejó el cargo de director presidente para ocupar la Presidencia del Consejo de Administración. Por su vez, el fundador del Grupo Habitasul, Péricles de Freitas Druck, asumió el puesto de Consejero Emérito de Irani.
• La década marcó la reestructuración financiera de la organización, con la emisión de debentures en el valor de R$ 505 millones, en 2019. Esa recomposición abarcó también la venta de activos de la subsidiaria Habitasul Florestal y el cierre de la unidad de Vila Maria (SP), además de la conversión para real de la deuda en dólar. Igualmente, la monetización de R$ 143 millones de créditos fiscales contribuyó para ampliar la liquidez de caja.
  
  Después de hacer la tarea de casa, con el perfeccionamiento de la gobernanza y la reestructuración financiera, Irani realizó, en julio de 2020, una exitosa oferta pública de acciones (un re-IPO), cuando captó un total de R$ 405 millones. Desde 1977, la empresa se constituía como de capital abierto, pero la operación efectuada al final de la década de 2010 hizo con que superase la frontera de 30 mil personas físicas en el cuadro de accionistas.
• Con la emisión de las acciones, además de ganar aliento para implantar proyectos de expansión, Irani dio inicio a la migración para el Nuevo Mercado de la B3, concluida en diciembre de 2020. Con ello, se volvió la primera industria de papel y embalaje a integrar el selecto grupo de organizaciones empresariales que presentan el más elevado nivel de gobernanza corporativa de la bolsa brasileña.
  
  Paralelamente, Irani intensificó la capacitación y el desarrollo de personas para preservar indicadores positivos, como turnover cerca del 1 % al mes –para efecto de comparación, el porcentual del sector papelero gira entre el 2 % y el 3 %– y la permanencia en el ranking de las mejores empresas brasileñas donde trabajar, elaborado por el Great Place to Work (GPTW).
• La transformación digital también ganó destaque con la implantación de versiones avanzadas de sistema de gestión de la tecnología SAP. De ese modo, Irani fortaleció la transparencia y la efectividad de su base de informaciones para toma de decisiones, obteniendo ganancias de productividad. Otra iniciativa adoptada en los años 2010 fue la alteración del logotipo y del nombre de la compañía, que pasó a llamarse Irani Papel e Embalagem, en sintonía con su actual posicionamiento.
  
  Al final de la década se mostró favorable a los negocios gracias a la expansión del e-commerce y del delivery, impulsado por los protocolos de distanciamiento social aplicados para frenar la pandemia de la Covid-19. Al final, la entrega directa de productos al consumidor instituyó un nuevo eslabón en la cadena de embalajes.
  
  Figurando entre las tres principales empresas de papel y embalaje de Brasil, Irani dio inicio a la implementación de la Plataforma Gaia, que reúne proyectos de ampliación de la competitividad y de la capacidad de producción de sus unidades fabriles, además de la búsqueda por autosuficiencia energética. Ya en marcha, la primera etapa abarca aportes de R$ 743 millones, con previsión de conclusión hasta 2023.
• Una de las principales inversiones en la Unidad de Papel de SC es la instalación de una caldera de recuperación, que utiliza el efluente de la producción de celulosa (licor negro) como insumo para producir vapor y generar energía eléctrica, propiciando aumento de competitividad, con reducción de costos y de daños al medio ambiente.
  
  En total, la expansión del proceso de tratamiento de químicos permitirá aumentar en un 29 % la producción de celulosa y en un 56 % la generación propia de energía de la Unidad de Papel de SC.
  
  La Plataforma Gaia incluye también incremento del 53 % de la producción de cartón ondulado de la Unidad de Embalaje de SC, además de la actualización tecnológica de la Máquina de Papel de la Unidad de Papel de SC, que viabilizará aumento del 30 % de la capacidad de la planta. Ya las inversiones en la hidroeléctrica Cristo Rei (SC) están en fase de licenciamiento ambiental para que se los pueda implementar.

Horizonte prometedor

Corría el inicio de la década de 1940 cuando Alfredo Fedrizzi lideró una expedición en búsqueda de florestas con abundancia de bosques de pino. ¿Su objetivo? Construir una fábrica de papel. Era un intento audaz de diversificar los negocios de la Vinícola Riograndense, de Caxias do Sul. Después de recorrer campos en Paraná y en Santa Catarina, el martillo fue batido por un área del Medio Oeste catarinense. En los recónditos de Várzea Bonita, se escondía una floresta de araucarias perfecta para el inicio de la producción.Había un horizonte bien delineado para Irani..

Desafíos Lanzados

No importa el sector o el país. Pocas empresas tienen la virtud de celebrar ocho décadas en plena actividad. Es el legado construido durante todo este tempo que califica a Irani Papel e Embalagem a enfrentar los próximos 80 años.

Difícilmente “Don Fedrizzi” habría imaginado la empresa al nivel que llegó. Otra vez, nadie se imagina cómo será el mundo en ocho décadas. Los valores que sirvieron de arrimo para el éxito de la organización, sin embargo, nunca estuvieron tan sólidos.

Inestabilidades y momentos de dificultad forman parte de la trayectoria de cualquier empresa longeva. Con Irani no fue diferente. Y no será diferente. El secreto para llegar hasta aquí con tanto vigor está en el modo cómo se enfrenta los desafíos: siguiendo los principios de innovación y ética, colocando a las personas en el más alto grado de importancia -clientes, proveedores, accionistas, colaboradores.

Desafíos vencidos

En los años 1950, Irani fue pionera en reforestación en Brasil. No sorprende que, en 2006, se haya vuelto la primera industria de papel y celulosa del país a emitir créditos de carbono por el Protocolo de Kioto – la segunda, a nivel global.

La vocación innovadora también fue vista en 2020, cuando captó R$ 405 millones con un re-IPO. Además de alcanzar 30 mil accionistas, Irani concluyó el proceso de migración para el Nuevo Mercado de la B3 –el selecto grupo de las organizaciones de capital abierto en Brasil.

Movimientos así solo fueron posibles gracias al perfeccionamiento de la gobernanza y a la reestructuración financiera hechos a partir de la década de 1990, cuando el Grupo Habitasul asumió la operación.

El futuro cercano de Irani se materializa por la Plataforma Gaia. Se trata de una serie de proyectos en marcha, con aportes que suman R$ 743 millones até 2023. El objetivo es aumentar la competitividad por medio de la ampliación de la capacidad productiva y de la suficiencia energética.

¿Y ahora?

Pasados 80 años de la exploración de la Vila Campina da Alegria, los resultados presentados al final del primer trimestre de 2021 causaron excelente impresión a analistas y a inversionistas. El nivel de rentabilidad fue considerado sustentable, y las condiciones de mercado, altamente favorables. Se estableció un nuevo nivel en los márgenes de la compañía, fruto de un círculo virtuoso basado en crecimiento y ganancia de competitividad. Luego, no es exageración decir, sin miedo de lo imponderable: hay un horizonte bien delineado para Irani.